Cuando
nosotros nacemos, tenemos millones de neuronas en nuestro cerebro, pero si no
reciben los estímulos necesarios y oportunos, no se van a conectar, por lo que
después mueren. Lo que pretende la estimulación temprana es dar estos estímulos
en el momento adecuado para crear bases neuronales fuertes que le faciliten al
niño adquirir futuros aprendizajes. Por esto es de suma importancia que no se
deje pasar la ventana de la oportunidad entre los 0 y los 6 años, en donde el
cerebro del niño tiene más plasticidad y puede crear estas conexiones.
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