Como ya
sabemos la estimulación es para reconocer y promover el potencial de cada niño,
recordando que no todos los niños son iguales y no responden de la misma
manera. En un centro los niños se sienten más seguros, se concentran y se
motivan más cuando alguno de sus padres, o los dos están presentes, por lo que
responderán mejor a los estímulos proporcionados. Y sobre todo, recordar que para que sea
efectiva la estimulación se necesita incorporar el afecto. De igual manera el
adulto debe ser sensible a la respuesta del niño para saber hasta dónde y cómo
administrar los estímulos, y se debe mantener el contacto visual para brindar
más confianza y seguridad al niño. ¿Quién mejor que el padre o la madre
para darle amor y reconocer los límites de su hijo?. No te olvides de que el
mejor terapista se encuentra en casa y es en el hogar donde empieza la
estimulación temprana.
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